Maria Gladys Cavero
Puerto Montt

Realiza todo el proceso de la transformación de la lana. Para teñir utiliza ramas, hojas, raíces, flores y barro que hay en los bosques cercanos a su casa. Elabora frazadas, chales, pieceras, alfombras, pasillos, lisos y de nudo. 

“A los 8 años comencé a aprender el oficio, por lo tanto, son 50 años en este hermoso trabajo. Mi abuelita me enseñó primero a escarmenar la lana, luego a hilar. Estuve 3 años haciendo cosas pequeñas, mirando a los mayores. A los 12 años comencé a urdir en los palos y hacer telares, también acompañaba a mi abuelita al monte a buscar hojas y barro para teñir la lana, ella me enseñó a hacer muchos y hermosos colores que jamás destiñen. Tenía que hacer una cantidad de trabajos al mes que mi abuelita vendía para comprar comida. A los 13 años me casé e hice todas las cosas de mi casa, frazadas, almohadas, alfombras, etc. Desde ahí no he parado de trabajar en este oficio que me ha permitido sacar adelante a mi familia. No necesito sentirme inspirada para ponerme  a tejer, forma parte de mi vida, de lo que soy: soy artesana y orgullosa de lo que hago, sueño con poder traspasar a más personas los conocimientos adquiridos durante todos estos años”.